lunes, 27 de octubre de 2008

Anti - reforma I: Caja Bancaria



ISAAC ALFIE
En mi columna anterior expresé que iba a analizar en detalle lo que entiendo son "anti reformas" que se están votando en esto días en el Parlamento. Mencionaba la Caja Bancaria, la Caja Policial y la Carta Orgánica del BCU. Ciertamente el devenir parlamentario ha traído otras novedades importantes como el cambio en la ley general de jubilaciones, leyes sobre horarios que harán las madres, naturales o adoptantes en las empresas privadas, licencias especiales por estudio, y un sinfín de etcéteras. A su vez, los acontecimientos internacionales y la coyuntura nacional son temas para el análisis. Como hay que elegir empiezo cumpliendo con la palabra.

Créame el lector que resulta harto difícil resumir los inconvenientes e injusticias que contiene el proyecto de ley. Su más crudo resumen sería, una ley que reforma para que todo el mundo esté peor que antes, sin solucionar el problema de fondo sino que lo agranda.

ACLARACIÓN. Parece importante dejar en claro que resulta obvio que la sociedad no puede dejar desamparados a los pasivos, jubilados y pensionistas, sean de la Caja Bancaria u otro fondo de retiro en cuanto a sus haberes básicos, de la misma manera que la solución debe contemplar el haber de retiro de los actuales trabajadores, futuros pasivos, que de una u otra manera percibirán toda o una porción importante de su pasividad por el régimen vigente. Ahora bien, el costo de este "salvataje" en el peor de los casos es igual al dinero que la sociedad le transferirá a la Caja Bancaria, porque así son los números, siempre cierran. Lo que no parece lógico es hacer aportar a la sociedad un monto acumulado superior a los US$ 1.000 millones para quedarnos dentro de algunos años con un problema mayor al actual.

A continuación algunos comentarios generales.

1) La Caja Bancaria está actuarial y financieramente quebrada. Su deuda es de aproximadamente US$ 1.200 millones, casi la misma cifra que el país empleó para solucionar la crisis del 2002.

2) Su relación activo / pasivo es de 0,74 y la ley apenas si la lleva por encima de la unidad. Todos sabemos que un sistema de reparto para ser sostenible necesitaría una relación que se ubique en 3,5 / 4,0 a 1.

3) El aporte que recibirá de los trabajadores que se incorporan, si bien es relevante para los mismos, apenas cubre el 10% del actual déficit anual de la Caja y representa menos del 2,5% de su presupuesto.

4) Incorpora colectivos que nada tienen que ver y en todo caso, de manera no explicada, deja fuera otros colectivos que en todo caso se asemejan mucho más a actividades bancarias.

5) La reforma de esta caja contiene enormes e irritantes asimetrías con el resto de los fondos, en especial el recientemente votado de la Caja Policial.

SÓLO PERDEDORES. La ley sólo tiene perdedores, y en todo caso personas a las que les resultaría indiferente su situación, no existen los que ganan con la misma. O al menos no existen los ganadores bajo una óptica del bienestar, puede que desde el punto de vista de ideología sí los haya; esto es así porque:

a) A los actuales jubilados se les aumenta el impuesto que abonan entre un 22,2% y un 100% según el monto de su pasividad, con la particularidad que el porcentaje de aumento crece a medida que la pasividad es menor (art. 32 del proyecto de ley).

b) A los futuros jubilados que ya están dentro del régimen de esta caja se le disminuye de manera muy importante su monto de jubilación, ya que difícilmente supere el 57% de la tasa de reemplazo.

c) A los futuros jubilados que hoy pertenecen al BPS se les disminuye el importe de su jubilación entre 30% y 47% (1) según el caso, con la "particularidad" que los más perjudicados son quienes perciben menores ingresos. Esto es así por imperio de los artículos 8º y 28º de la ley 16.713, que permiten que los trabajadores de menores sueldos aporten la mitad del mismo a una cuenta de ahorro individual y la otra mitad al BPS, la que se computa por una vez y media a efectos de la determinación del básico de jubilación. Por tanto, muchos de los trabajadores que esta ley pase a la Caja Bancaria perderán entre un tercio y la mitad de su jubilación. Se configura un caso único e increíble de solidaridad invertida.

d) A los trabajadores activos que ya están dentro del régimen se les sigue cobrando un aporte personal superior al del resto de los trabajadores, pese a que su jubilación o pensión, por la razón ya expresada, será muy inferior a los amparados por el BPS.

e) Los trabajadores que pasan del BPS a la Caja Bancaria, en principio tienen las consecuencias ya descritas respecto de su jubilación, pero además lo más probable, como ya sucedió en el pasado, es que sus aportes en poco tiempo se equiparen con el resto de los activos del fondo. Cosa que es de estricta lógica.

f) Respecto de los tomadores de crédito:

*) Reaparece el impuesto al crédito (Imaba) equivalente a 10 puntos de aporte patronal. Por tanto, si bien formalmente éste se reduce en 5 puntos, en los hechos aumenta en 5 puntos.

**) En otros casos (el BCU, los Consorcios) lisa y llanamente se aumentan en 10 puntos los aportes patronales bajo el eufemismo de "prestación complementaria".

g) Se establece la obligación que los bancos compren un bono que, valuado a mercado vale algo muy parecido a cero, sea porque el fondo que tiene la obligación de repagarlo está quebrado o porque como se prevé que casi no abone intereses y su vencimiento será a 30 años, aplicando las normas de contabilidad su valuación por el valor actual neto es muy bajo. Por tanto funciona como un costo para las empresas. Esto equivale a 4,5% de aportes patronales adicionales. Lo peor de esta contribución es que por primera vez en Uruguay se obliga a los bancos a comprar bonos basura. Eso no se hizo ni en la crisis y sólo recuerdo a Domingo Cavallo en Argentina obligando a los bancos a tomar bonos del gobierno durante el 2001. La sociedad se queda entonces con un importante pasivo.

MÁS Y NUEVOS IMPUESTOS. El gobierno dijo en su momento que simplificó el sistema tributario, lo cual era cierto en cuanto a cantidad de nombres de impuestos, pero no fácticamente porque la mayoría de los tributos que se derogaban fueron sustituidos por otros y, porque creó el IRPF, complejo de por sí, que a su vez eran siete impuestos distintos en uno solo. Ahora con esta ley se crean cuatro nuevos impuestos:

i) Un Imaba con distintas tasas según la institución (art. 28) el que además tiene una estructura rudimentaria y anticompetitiva para la economía. Rudimentaria porque toma la totalidad de los activos, incluyendo los bienes de inversión, deja exenta sólo una parte del encaje (la depositada en el BCU) perjudicando por tanto a las empresas con red y mayor minoreo. Anticompetitiva porque no tiene las exoneraciones que tenía el Imaba en la financiación de exportaciones e inversiones de medio y largo plazo. A su vez, "obligará" a que los bancos realicen todas sus actividades de banca off shore desde fuera del país o una zona franca, porque el impuesto anula el spread si se hace bajo las normas del país. Por tanto, todos los incentivos están dados para que se reduzca la base del negocio, perjudicando aún más las finanzas de la Caja Bancaria.

ii) Una sobre tasa de aporte patronal del 10% a determinados contribuyentes (art. 28 literal D).

iii) Un impuesto a las ventas (algo desaparecido del mundo moderno desde hace 30 años por los nefastos efectos en la asignación eficiente de recursos en una economía), art. 28 literal E.

iv) Un adicional de impuesto a las jubilaciones que se suma al IASS y al ya existente.

SOLUCIÓN. Hoy tenemos un sistema general sumamente exitoso. Un sistema que fue pionero en el mundo por su diseño, creado por técnicos uruguayos, aprendiendo de lecciones internacionales, que combina lo mejor de los sistemas de capitalización individual con la imprescindible protección social del Estado a los más humildes. Un sistema que no tiene topes jubilatorios. Un sistema que comenzó a ser copiado en otros lugares del mundo, en especial de nuestra América, que soportó la crisis financiera del 2002 y salió indemne sin que ningún trabajador haya perdido un solo peso de sus aportes. Es ese el sistema que soluciona a largo plazo los problemas de la Caja Bancaria y el que se debió adoptar.

En el mundo moderno, donde los sistemas de reparto puros no pueden sobrevivir en función de la demografía y donde se estiran las edades de retiro hasta los 67 y 70 años, mucho menos lo pueden hacer aquellos que pertenecen a un sector específico de la economía por al menos dos razones. Porque la economía es dinámica y por ende los sectores van cambiando y hasta desapareciendo y, porque en este caso particular, aunque el sector no vaya a desaparecer jamás ya que es la sangre de la economía, la tecnología avanza de tal manera que destruye puestos de trabajo, por lo que se queda sin base de aportación para pagar a sus pensionistas.

Lo increíble de la "solución" planteada es que se pretende que el grupo minoritario -deficitario y quebrado- en lugar de ser integrado al colectivo general, reciba aportantes "agregados" quitados al colectivo global, para ser sostenido por un tiempo. Es lo mismo que si en el caso de un banco quebrado, en lugar de liquidarlo y salvar lo más posible del mismo para que los ahorristas no pierdan, obliguemos a otros ahorristas de bancos solventes a pasarle su dinero al banco en quiebra y esperar a ver qué le depara el futuro. Es bastante ilógico, ¿no le parece?

El Poder Ejecutivo argumentó que la ley es fantástica. Para probarlo lo mejor sería dejar que los trabajadores decidan si quieren el régimen general o el que esta ley plantea, sin que ningún burócrata ilustrado decida por ellos.

(1) A efectos de realizar los cálculos se toma una tasa de rendimiento de los fondos de 4,5% a 5% por año, siendo que el promedio anual del sistema de doce años de vigencia tiene un mínimo de 9,7% y un máximo de 10,8%.

Agradecemos a Economía y Mercado Diario El Pais Montevideo